viernes, 4 de julio de 2008

Valparaíso es un pintor que se pinta a sí mismo
usando pinceles que se niegan a envejecer
cada uno de sus cerros mantiene los colores
con la misma justicia en que se añeja el vino.




los días parecen acuarelas en movimiento
una tela afectada por una magia superior
cuando los colores se mueven superan lo físico
y la ciudad se transforma en un espectro de luz
a la hora en que las cosas se vuelven camaleones
intentando fugas con el tiempo a su favor.




cuando cae la tarde Neruda se cita en el puerto
con un Darío que habla de una ciudad azul
los poetas buscan motivos para seguir cantando
sobre la joya que más brilla en los mares del Pacífico
Por otra parte Alquinta renace a su manera
con el pueblo en la garganta y un poncho de agua
y se pasea por la Quinta intentando los versos
que por falta de tiempo no nos pudo entregar.

Cuando llega la noche se alborotan los marinos
y de lejos los cerros parecen nidos de luciérnagas.
La belleza en el puerto trabaja en tiempo completo
en un refugio donde el olvido no se atreve a entrar
porque el tiempo viene y pasa como un turista:
cuando se va siempre sueña con volver.
(By Patricio Contreras. )

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